Los Pendones Leoneses son un
elemento característico de buena parte de los pueblos del centro y del norte
del País Leonés, constando de una gran vara o mástil (que
suele llegar a alcanzar generalmente una altura de entre 7 y 13 metros) y portando en
ella una tela que
identifica el pendón del pueblo en cuestión. Dicha tela suele estar dividida en franjas que suelen
combinar varios colores, siendo los más habituales el rojo y el verde, así como el blanco y el azul en los más vinculados a lo
religioso. Los pendones son portados por una persona y su peso oscila entre los 15 y
los 35 kilogramos generalmente,
soliendo ser ayudados en su carga por "remos" que son cuerdas atadas
a lo alto del pendón y que sirven para guiarlo más fácilmente durante su
travesía.
Aunque en un principio su origen
fue totalmente popular con los siglos fueron asociándose a lo religioso, por lo
que se popularizó su uso en las romerías o en las rogativas, siendo los más afamados desfiles de
pendones los del día de la Patrona de la
Región Leonesa, la Virgen del
Camino (15 de septiembre) y el día de San Froilán (5 de octubre).
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